miércoles, 30 de diciembre de 2009

El juego de la silla.

¿Quién no recuerda este juego? Sillas dispuestas en círculo y siempre una menos de los que jugamos. Quien tras acabarse la canción se queda sin silla se sale del juego. Y sin silla y sin juego nos hemos quedado muchas personas cuando progresivamente hemos visto que en realidad ninguna de las sillas nos venía bien. Me resulta muy complejo vivir ajeno a lo que me rodea; sería un acto de absoluta soberbia decir que estoy atento a todo lo que pasa y que entiendo todo lo que sucede, pero en cierta forma intento que el mundo en el que vivo sea una parte orgánica de mi mismo. Oh piadoso egocentrismo!
Vivir en el mundo actual me sumerge en miles de paradojas y contradicciones que en muchas ocasiones soy incapaz de canalizar. Si escribo aquí es en parte para hacer mi propia katarsis, por masturbar el ego o por simplemente plasmar lo que pienso. Decía que este mundo es complicado de vivir porque se da la casualidad de que nos movemos en un terreno de tramposa comodidad patrocinada; nadie de los que me lea va a ser capaz de decirme que las ventajas que se le ofrecen no le resultan maravillosas. Incluso, las injusticias locales que se nos presentan son casi anecdoticas si las enfrentamos a cualquier problemática de tiempos pretéritos. Y aquí esta el problema, y es que nunca se vivió mejor que como se vive ahora. Evidentemente esta afirmación puede chirriar a más de uno, además de que se me puede acusar de primermundista, pero en realidad me cuesta mucho trabajo reunir la dignidad para sentarme delante de mi portátil mientras me tomo un café a reflexionar sobre las matanzas de Oriente Próximo, África o Asia. Para bien o para mal, me tocó vivir de este lado de la linea y eso no significa que no vea que mi comodidad se construyó con el sufrimiento de una persona que no conozco; es más, es la propia comodidad de mi vida la que me permite sentarme reflexionar sobre todo ello, porque esta claro que no podría hacerlo si mi vida transcurriera entre balas y bombas. Y es que aquí es donde se muestra clara la paradoja a la que hacia alusión en un principio, en ese sabor agridulce de la vida crítica, esa contradicción casi continua que es vivirla.
Y se perfectamente que somos muchos los que tenemos este pensamiento, aunque sea fugaz, en muchos momentos de nuestra vida, porque somos muchos quienes deseamos el bien común pero no encontramos ninguna institución que canalice un pensamiento que a muchos suena peligroso: Hay cosas del sistema que nos gustan, la conciencia de la libertad, el talento como arma de prosperidad o la propia comodidad tecnológica que nos rodea; lo que tenemos que encontrar es la forma de que estos conceptos dejen de prostituirse con el capitalismo neoliberal y pasen a servir a las personas.
Y perdí mi silla porque no puedo comulgar con la derecha que apoya al poderoso, no puedo comulgar con la izquierda que defiende idearios que se me hacen anticuados por no sabe adaptarse a la derrota del comunismo y no comulgo con los extremos porque se legitiman en la violencia. Y es así que sigo de pie, para poder seguir caminando y de esta forma encontrar un lugar donde realmente quiera sentarme. Sigo escuchando las bombas y los llantos a mi alrededor, pero realmente no se como acallarlos, de la misma forma que no se vivir sin las comodidades de mi tiempo.
Seguiré caminando...

Leviatanes.

Existe un colectivo de seres humanos muy particular dentro de la sociedad que cumple con una función esencial dentro de la escala evolutiva del capitalismo, y no son más que los grandes empresarios. El binomio natural que se construye entre el sistema y los susodichos es una constante de la historia, una de las parejas más exitosas que jamás se han conocido; casi tanto como la cruz y la espada. Este gremio nació como impulsor y desarrollador de un sistema económico concreto que el paso del tiempo se ha encumbrado a la categoría de sistema social. Esos mismos que derrocaron a la aristocracia en las revoluciones burguesas y que ahora ejercen de tal, desde el momento en que el dinero sustituyó al linaje. Son esos mismos, también, que cuando vieron la eficacia del sistema de producción en cadena no tuvieron ningún reparo en convertir al hombre en mera tuerca o los mismos que pagaron, impulsaron y dieron sentido ideológico al colonialismo del XX. Son esa subespecie depredadora del Homo sapiens que utiliza todos los medios para controlar el equivalente al territorio de los animales, el dinero.
Su historia es sorprendente; desarrollan un modelo paralelo al señorial basado en la libertad de comercio, se encumbran gracias a las masas desfavorecidas y cuando la sustitución de poderes (algún día me gustaría hablar de la que considero que es la constante de la humanidad) está consolidada reutilizan a toda esta población que confió en ellos, para enriquecerse.
El gran empresario es además conservador, muy conservador; es enemigo de los cambios porque la inestabilidad política o social no son buenas compañeras de viaje del desarrollo económico. Por otro lado sus privilegios se basan en el status quo que ello mismos generaron tras asentarse en el poder y cualquier conato de cambio les aterroriza. Siempre de la mano del poder político y en más de una ocasión dentro, controlándolo, manipulándolo o incluso dirigiéndolo.
Feliz año nuevo.
P.S: Y si les queda alguna duda consulte con Diaz Ferrán ese grande de España.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Aviso a navegantes!

No pude hacerlo con anterioridad y me arrepiento de ello, porque su primera intervención a quedado un tanto descontextualizada; La última entrada ha sido publicada por un nuevo colaborador, amigo en primera instancia, que espero se haga habitual en este universo bloggero. Invité a colaborar a Jrmachuca no por concordancia ideológica, que en algunos casos existe, sino más bien para dar otra visión de los temas que aquí se planteen y sobre todo, para que él de su particular visión, ecléctica y provocadora, de lo que el considere oportuno.
Espero que con el se abran otros debates y las ideas sigan fluyendo.
Bienvenido; y disfrutenlo, como lo disfrutaré yo, puesto que tendrá absoluta libertad editorial.

La Patria Chica

España es un gran país. Al menos eso pienso yo. Aunque, discutiendo con alguna gente me he dado cuenta de que muchas veces confundimos sentimientos respecto al lugar del que procedemos y la forma en que nos relacionamos con él. He sido acusado en varias ocasiones de nacionalista, cuando en realidad no me considero realmente merecedor de ese epíteto. Explicaré por qué.

El nacer en un lugar determinado y vivir su día a día hace que, a la larga, entendamos su idiosincrasia. No estoy hablando de "España como Destino Universal", ni de ese difícilmente concretable espíritu de la nación del que Cánovas habló en su día, y evidentemente tampoco hablo de tópicos regionalistas anticuados. Hablo de que el saber cómo un país y la gente que en él vive reacciona ante determinados sucesos es importante a la hora de juzgar a ese lugar. Me siento orgulloso en realidad de cómo este "apéndice europeo de África" ha superado muchos problemas a lo largo de la historia. No niego que nos hemos equivocado en algunas ocasiones, que hemos sido bárbaros y cerriles, pero ¡todos los países lo han hecho! La leyenda negra de este país ha sido alimentada por otros, que a su vez no parecen ver sus propios fallos. ¡La Inquisición fue una salvajada! Sí, pero en Alemania se quemaron muchas mujeres inocentes acusadas de brujas, al igual que en Inglaterra o en los EEUU. ¡Los consquistadores masacraron a las poblaciones indígenas! Es cierto, pero los jóvenes Americanos aplastaron a la mayoría de los pueblos indios de norteamérica sin parpadear, y los británicos no tuvieron problema en explotar a poblaciones indias para obetener pólvora y salitre en India o Diamantes en sus colonias africanas.

¡Es injusto! Un inglés puede sentirse orgulloso de reyes medievales y modernos sin sonrojarse ni ser acusado de opresor ni fascista por la mayoría de sus congéneres, mientras que en España defender la figura de Carlos V, Felipe II o incluso Alfonso X ya hace que muchos te miren como si fueras un carlista. ¿Dónde está el problema? ¿Nos avergonzamos de nuestra historia? Sí y No. El problema es que aquella triste dictadura que gobernó el país durante 40 años, junto con sus seguidores y los nostálgicos que han quedado (que muchas veces son no-stálgicos por no haberla ni vivido ni entendido) se han apropiado todos los personajes, símbolos, hazañas y demás muestras externas de "orgullo patrio", embadurnándolas de un sentido historicista que sólo quiere explicar lo que ellos hacen. No hay por donde agarrarlas si no eres uno de "ellos", porque escurren a las manos de la seriedad y el análisis objetivo.

Propugno pues un nuevo nacionalismo español. Uno que se base en el análisis de la historia, uno que entienda lo que somos y lo que hemos de ser ¡lo que se espera de nosotros! ¡lo que esperamos de nosotros! Jamás diré que España es el mejor país del mundo, ni que no necesitamos al resto de países. Lo que digo es que tenemos que entender nuestro lugar en el mundo, estar orgullosos de nuestras raíces sabiendo por qué lo estamos, criticar lo que creamos conveniente; y precisamente cuando entendamos este orgullo sin que sea cerril o irracional, incorporarnos a la gran familia que ha de ser Europa y más aún, al clan Mundial, sin tener que agachar la cabeza por vergüenza y sin tener que creernos mejor que nadie. ¡Ser de verdad Una, Grande y Libre!

lunes, 14 de diciembre de 2009

Pirata

Acostumbrados como estamos a que tanto los medios de comunicación como el propio gobierno utilice el vocablo "pirata" para referirse al internauta medio, ha hecho que de forma velada olvidemos el verdadero significado del mismo. De esta forma inconscientemente reconocemos más a un usuario del Emule que a Francis Drake como miembros de esta profesión del latrocinio. En primera instancia, ésto me hace reflexionar sobre la peligrosidad que conlleva el pervertir los conceptos y los símbolos, alejándose de la evolución natural de los mismos y extrapolando, intencionadamente, su significado para dar carácter peyorativo (o baladí, según sea el caso) a actitudes que no gustan.
La realidad, en este caso, nos devuelve al uso normal de las palabras. Dada la coyuntura internacional en el continente africano nos hemos visto envueltos en una vorágine informativa en la que la palabra pirata recuperaba su significado pleno, y en la que la acción de los mismos no era perjudicial para los intereses de las grandes empresas de "difusión cultural", sino que ponía en peligro la vida de unos trabajadores inocentes.
Pues bien, cabe realizar una reflexión al respecto y sobretodo plantearnos los porqués de esta situación. África y Europa han tenido una relación tensa, desigual y hostil durante prácticamente toda su historia; África fue frontera del mundo islámico durante muchísimos siglos, parque temático de algunos reyes durante otros tantos y sobretodo cuerno de la abundancia del liberalismo económico, es decir, que el continente evolucionó de enemigo a cuerpo parasitado con el devenir de los tiempos.
El colonialismo europeo, sustentado por una dinámica bipolar, es decir, por el poderío militar y económico europeo y por el colaboracionismo de la élite regional corrompida por las mieles del sistema librecambista, fue motor funcional del Estado moderno occidental; y la desaparición y ruptura de la organización colonial dejó como herencia a los pobladores del continente una organización geográfica arbitraria, una organización agrícola basada en el monocultivo de productos demandados en el mercado que destruyó la tierra y sobre todo un caos político fruto de las tensiones generadas por la yuxtaposición de sistemas antagónicos; es sintomático, pero Occidente se empeña en exportar su modelo sociopolítico y éste no para de fracasar en todos los lugares donde se impone.
La conclusión de este legado histórico ha desarrollado de forma eficaz una masificación de la pobreza en los habitantes de estos países "reeducados" por Europa, una élite poderosa, enriquecida y corrompida y sobre todo un excelente mercado donde reciclar las armas que a la población europea hija del desarme les parecen eticamente repugnantes. No quisiera promover reflexiones apresuradas, pero si en algo se convirtió África, tras la muerte del Imperio otomano fue en la válvula de escape del sistema liberal, primero como principal exportador de "mano de obra barata", luego como productor y por último como receptor de productos a los que Europa le enseñó a depender y luego de los sobrantes inmorales de la Guerra Fría.
Toda esta argumentación viene a cuento de que hoy nos sorprendemos de que un barco pesquero español sea victima de la piratería en las costas de Somalía. Y es curioso que nos sorprenda cuando la dinámica de los hechos es perfectamente natural:
La élite gobernante que recibió el control de los países anteriormente "protegidos" firma un contrato de explotación con un país europeo; la explotación de los recursos naturales de un país, única fuente de riqueza según las normas de la económica mundial son por tanto expoliados; paralelamente Europa/Rusia se desprenden de sus excedentes armamentísticos y los colocan en el mercado africano, muy proclive a la compra de este material porque, quien le vende las herramientas para matar ha tenido el detalle de instigar alguna guerra civil; ahora juntemos una población empobrecida sin posibilidad de superación personal y económica, armas, una economía devastada y un barco desprotegido del devastador. El negocio está bastante claro.
A diferencia del pirata clásico, que trabajaba para las Coronas europeas, este pirata tercermundista trabaja para sí mismo, pero su objetivo es equiparable, es decir la adquisición de riquezas a costa de quien monopoliza los recursos.
Y mientras tanto, la opinión pública conservadora se lleva las manos a la cabeza y no tarda en promulgar la acción militar; no olvidemos que desde que los girondinos apoyaron la guerra contra Austria-Prusia en 1791 por motivos económicos, esta constante no ha cambiado; el líder conservador la defiende y la convierte en cuestión nacional y la base de su partido lo absorbe y lo ratifica porque en algún momento del discurso su identidad nacional se ha visto herida. "¿Cómo un país como España, faro moral de occidente, primerísima potencia mundial y heredero de pueblos guerreros va a permitir que unos negritos nos tomen el pelo? Valgame DIOS!"
Yo veo esto como una evolución natural de la política de buitres que Europa a desarrollado con el continente del sur; les cerramos las puertas, los expoliamos y nos escandalizamos porque reaccionan. Lo verdaderamente triste, no es ya toda la parafernalia circense que se crea en torno a la situación, sino que un conjunto de seres humanos, desesperados y desamparados se vean envueltos en una situación que les empuja a desarrollar comportamientos nocivos porque la tierra donde nacieron no cumple los requisitos que las reglas del juego imperantes establecen como nota de corte para sobrevivir. Y lo peor de todo, es que un estrato mismo de esa sociedad se esta enriqueciendo a costa de esta miseria en absoluta complicidad activa con el Mercado Mundial.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

La nación, los Estados y el fraude colectivo.

Sorprende, a la par que aterroriza, la facilidad emotiva que definen a estos conceptos. Ninguno de los Filósofos, ideologos de la Revolución Francesa, se habría imaginado jamás que esta derivación de su "soberanía popular" fuera a adquirir tanta fuerza, como para que se construyera en torno a ella, no solo formaciones políticas, sino toda clase de arquitecturas sentimentales, que en muchos casos, justifican todo tipo de acciones. Y lo que creo que más sorprendería, y aterrorizaría (haciendome una analogía a mi mismo) a Rosseau o Montesquieu es que un concepto nacido de su ideario de libertad fuera utilizado con tanta facilidad para cercenar aquel derecho que tanto defendían.
Como otros tantos inventos, en sus inicios, el sentimiento nacional y su defensa sirvieron a muchos pueblos para liberarse del yugo extranjero y ganar acceso a la autodeterminación. De la misma manera que en el siglo XIX, y muy en contra de la tónica general imperante en ese momento en los estratos de poder, la independencia de Grecia conmovió a todos los librepensantes de la época por su carácter nacionalista, podemos decir que actualmente cualquier movimiento nacionalista "moderno" esta rodeado de un tufo rancio que me aleja de tal reivindicación.
El nacionalismo ha desarrollado, por méritos propios de sus apologetas, una naturaleza segregacionista y cerrada muy ligada a las aristocracias locales que lo defienden. Caballo de batalla del poder económico y sobre todo pensamiento exclusivista, a pasado de ser un canto a la libertad a ser un alegato egoísta; el nacionalismo ha degenerado en chovinismo y además se ha comenzado a impartir con un lenguaje pobre y pervertido para captar la conciencia de todos los colectivos posibles, colectivos que cuanta menos educación tengan, mejor.
Lo realmente sorprendente de todo este tema radica en la fuerza conmovedora, cohersitiva y argumentativa que el símbolo nacional tiene per se. Un discurso que implique el valor nacional suele ser un poderoso aglutinador de masas, lo cual me lleva a pensar que aún no hemos superado el sentimiento de clan, puramente instintivo, y que solo hemos sofisticado el proceso para definirlo; ya no meamos las esquinas, sino que clavamos banderas.
Y no quiero confundir con mi argumento; no estoy en contra de los símbolos nacionales, ni estoy en contra de que cada país, región, pueblo, barrio o familia tenga unas costumbres propias, simplemente opino que encerrarse en las murallas de la aldea no es un proceso positivo para el desarrollo de la conducta de un ciudadano y que la creencia general de "lo mio es bueno, lo tuyo es malo (porque me da miedo y es diferente)" no lleva más que a un cultivo intensivo y deliberado de la pobreza de espíritu.

lunes, 23 de noviembre de 2009

El mitin-show

Estupefacto. Así se queda uno tras lo visto ayer; recapitulemos:
Madrid, domingo 22 de noviembre, 11.00 hs.
Palacio municipal de Congresos.
Zapatero vuelve a dar un mitin después de mucho tiempo, y como el hecho merece fanfarrias, la organización ¿de marketing? del PSOE puso toda la carne en el asador. Así pues decidieron que era hora de innovar, no en vano el PSOE es LA vanguardia y EL progresismo en es este país. Escenario, alfombra, música en directo (una Big Band, muy buena por cierto) y muchos simpatizantes; peros simpatizantes de los de verdad, esos que te amenizan un mitin; esa clase de votante alienado preparado para dejarse la vida cuando salgan los "artistas" a darnos un discurso.
En este contexto comienza el nuevo y maravilloso, a la par que revolucionario MITIN-SHOW. Pero esperen un segundo, ¿Esto no lo hace la iglesia evangelista? Bueno es igual, esto es moderno y vistoso, evidentemente no puede ser malo. Y el simpatizante así lo cree, y grita desconsolado, y además agita la banderita; "que bien!, he cumplido con mi partido!" supongo que pensará más de uno.
Comienza a sonar la Big Band (que bonito es el jazz) y los protagonistas no quieren defraudar a su público. "Mierda!, se me cayó la banderita! ¿ahora que hago? Ah si! aplaudo!! VIVA, VIVA!" Pues bien, en una suerte de mezcla entre concierto de Bon Jovi, Club de la Comedia y sermón de un pastor estadounidense, comienzan a salir los figurines del gobierno. No falta ninguno; de la Vega con su bronceado estilo Zaplana, Gonzalez e Ibarra de "Aquellos Maravillosos Años" dándolo todo y cerrando filas generacionales, las chicas, los chicos (todo muy plural y paritario) y los presidentes de Comunidad. Solo faltaba Cristiano Ronaldo. "Mira cariño ahí esta Felipe! FELIPEEEEEE yo también llevaba coderas en mi chaqueta de panaaa!!!" Uno a uno van saliendo y se va colocando en el "gallinero" para hacer piña, mezclándose con el público, todo muy socialista.
Pero evidentemente quedaba el plato fuerte. Mientras tres periodistas contratados para la ocasión se encargaban de hacer preguntas muy calibradas a los "artistas", desde lo alto de una escalera mecanica llegaba, en pleno furor mesianico el matrimonio Zapatero;sonrisa preparada y vestido elegante pero informal (esto es casualidad eh!)baja el presidente de la mano "Que familiar que es José Luis, es un hombre en quien puedo confiar" de Sonsoles. Y cuando pensaba o que iba a hablarme en inglés en homenaje a Obama, o que iba a hablarme del Señor, va él y me sorprende, y empieza a hablar de economía sostenible. Es curioso, pero el ruido, la fanfarria y el ambiente futbolero me había distraído del propósito de todo esto. "AY! que bien habla José Luis (agita su banderita otra vez; la encontró entre los pies de otro simpatizante)"
Después del discurso, en el que se insiste en las bondades de un nuevo modelo económico para este país (me suscribo, o este país cambia de modelo o se verá abocado a la mediocridad) el acto termina y deja el pabellón con esa sensación que queda tras un concierto multitudinario; una mezcla entre soledad y técnicos de sonido. "Que bonito espectáculo nos han dado! así da gusto ver a los políticos; lo que no me quedo muy claro es quien tiene que sostener la economía. Bueno! me llevo esta banderita de recuerdo!"
Recapitulemos. El PSOE decide montar un show televisivo, pentecostal y populistas, multitudinario, en el que el despliegue técnico es obligado, para ¿hablarnos de economía sostenida? Sinceramente, me sorprendo cada día más de la velocidad vertiginosa con la que el PSOE ha perdido el norte. Voy a pasar de valoraciones populistas; no voy a dar cifras o a hacer comparaciones; ese trabajo se lo dejo a cada cual, y que cada cual saque sus conclusiones. Pero, una de dos, señores del PSOE, o al hablar de austeridad predican con el ejemplo o no se llenen la boca con la sostenibilidad, la sensibilidad ciudadana y luego monten un show entre imperial y sectario, porque la credibilidad ciudadana tiene un limite.
No se que es peor, si que se sientan con la libertad de reírse de nosotros con tanta facilidad o que hagan política para los "banderitas" de sus mitines.
Lo único bueno: la música en directo. Por lo demás. Patético.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Occidente (o el timo de la estampita)

Quizás me equivoque; eso como premisa inicial.
Occidente, o el mundo occidental, ese concepto tan arraigado, tan usado y que tanto enorgullece. Pero, ¿qué es Occidente?
Para entender un concepto nacional, y lo llamaré nacional por todas las implicaciones identitarias que manifiesta, hay que analizar su origen, su historia, en síntesis, su génesis.
Si hacemos caso al hombre renacentista, los orígenes están en las civilizaciones clásicas, es decir, Roma y Grecia. Para sintetizar, me referiré a Roma, puesto que además de heredar culturalmente muchas características de Grecia, fue realmente quien homogeneizo culturalmente el territorio europeo. Así pues, si hablamos de Roma como el origen inmediato de Occidente, tenemos que trazar unas lineas territoriales muy amplias, que van desde la Península ibérica (Hispania) hasta los territorios de la provincia romana de Capadocia (actual frontera oriental turca), y desde la frontera del Danubio hasta todo el margen mediterráneo del norte de África. En este caso la unión mental de los habitantes de este basto imperio era el ser todos contribuyentes de la burocracia romana; los extremos territoriales eran limes (limites) no fronteras, puesto que el hombre antiguo no había desarrollado aún la concepción de "Otro". El marco contextual se caracterizaba, pues, por romanos y bárbaros. De esta forma, no temo afirmar que si este es el origen de Occidente, no lo fue por diferenciación, sino por herencia.
Tras la caída del Imperio Romano, este Occidente primigenio, se convirtió en un mosaico de reinos, cuyo único punto de conexión, era el ser cristianos. Cristianos, de la tendencia que fuere, es decir arrianos o trinitarios; cristianos, claro esta, por herencia del Imperio.
Godos, Francos, Alamanos, Vándalos, Suevos, Alanos y una lista aún mayor de reinos poblaban entonces la geografía europea, y más hacia oriente, los bizantinos. ¿Dónde estaban los limites, entonces de Occidente? Dejo de existir. La unidad creada por el Imperio se deshizo en pedazos y cada reino heredero de su cultura, en mayor o en menor medida, comenzó a luchar con su vecino para expandir su territorio. El godo arriano de la península nada tenía que ver con el franco del norte de la actual Francia; y en la guerra en la que los últimos aplastaron a los primeros quedó bastante clara esa nula noción de hermandad. Por tanto, tampoco podemos situar el origen de Occidente en este momento de la historia.
Voy a permitirme una pequeña digresión del discurso en este punto. Antes he citado a los Godos y querría hacer una pequeña aclaración sobre este reino.
El reino Godo tiene su origen en las llanuras ucranianas, y posteriormente se dividió en dos entidades diferentes: visigodos y ostrogodos. Por su origen geográfico, los visigodos eran cristianos arrianos, y como tales se asentaron en la Península tras el acuerdo con Roma que le garantizaba el control del sur de la Galia como pago por expulsar a vándalos, suevos y alanos.
Pues bien, existe una creencia general, impulsada desde algunos medios de comunicación, de que la génesis de "España" se encuentra en este reino visigodo que en 711 fue aplastado por los musulmanes; esta falacia se basa en la incorrecta extrapolación del termino "Hispania". Hispania era un término geográfico creado por los romanos en el momento en que tomaron el control de la Península; en un principio dividieron la Península en dos: Hispania ulterior y Hispania citerior y tras las reformas administrativas de Diocleciano (Emperador de Roma en los siglos III-IV) esas provincias se convirtieron en cinco: Tarraconense, Bética, Lusitania, Gallaecia y Cartaginense, dentro del marco territorial conocido como Hispania. Intentar convertir un concepto administrativo en un valor nacional que justifica la existencia de una unidad nacional posterior es una autentica barbaridad.
Volviendo al tema central, vemos que en 711 hace acto de aparición un nuevo contendiente en el territorio europeo; un contendiente que estaba avanzando a velocidad de vértigo en su carrera imperialista: me refiero a los musulmanes. Y es este punto, en donde comienza el nacimiento de un concepto unitario de unos y otros, no en 711, pero si como desarrollo posterior de este hecho.
La posterior conquista, casi en su totalidad de la Península Ibérica, su asentamiento y su pujante fuerza militar, contrajeron el resto de Europa de tal forma, que la unidad religiosa se convirtió en la bandera de unidad de los reinos que poblaban la geografía. La cristiandad, pues, permitió al hombre europeo entender un "nosotros", los cristianos, y un "otros" los musulmanes, otros que son ajenos, invasores y por tanto peligrosos. De esta forma, la creación de este incipiente occidente, cristiano, además de servir como elemento que reafirmó la identidad de sus participantes, también se convirtió en un elemento segregador, en la que la dialéctica de de la guerra y de la superioridad ya hacen acto de aparición.
No quiero confundir al lector; el proceso mental que acabo de describir no fue inmediato a la llegada de los musulmanes, pero si se fue forjando a partir de su llegada. La Reconquista, donde surgió por primera vez aquella falacia Hispania/Asturias (en este caso), las cruzadas y la expansión europea fueron todas manifestaciones de este proceso, que podemos situar en el llamado "primer Renacimiento" del siglo XIII (citando a García de Cortázar)
Durante el auge del califato de Córdoba, sobre todo en los reinados de de 'Abdarrahman III y al-Hakam II (finales del siglo X y principios del XI) el valor cultural del Islam era de una relevancia enorme. Es por eso, a pesar de la unidad de los cristianos, que no existió una barrera cultural impermeable entre ambos mundos.
Así pues si seguimos utilizando la analogía de los limites, en este caso Occidente se veía replegado.
En 1453 el Imperio Otomano tomó Constantinopla y en 1492 Castilla y Aragón conquistaron Granada. De nuevo los limites volvían a mutar, como mutaron también en el siglo XX cuando el enemigo dejó de ser el mundo musulmán, y su lugar lo ocupo el hereje comunista.
De esta forma, sintética, podemos ver como Occidente nació de la mano de la diferencia entre ellos y nosotros, se desarrolló en la misma linea y aún continua sobre los mismos preceptos. Occidente, cristiano y moderno; Occidente, uno y superior; Occidente, creador y transmisor de las ideas; Occidente el de los limites mutables.
Evidentemente, la hegemonía cultural occidental es evidente. Sobretodo porque prácticamente un 75% del mundo habitado es, o la cuna del mismo o una prolongación posterior. Además, todo el desarrollo actual del mundo surge o pasa por Occidente y por tanto los valores universales se engendran, en una suerte de ejercicio de onanismo, por y para Occidente.
De la misma forma, que hace siglos el otro fue el musulmán, ahora, y a falta de enemigo comunista, vuelve a serlo, no ya por ser diferente, sino porque intenta desestabilizar el mundo. Además los musulmanes no se adaptan a nuestros valores verdaderos, porque conspiran contra los países occidentales en los que habitan sus inmigrantes. Curiosamente, estos fueron los mismos argumentos que se esgrimieron en 1609, cuando Felipe III expulsó a los moriscos, musulmanes convertidos al cristianismo tras la conquista de toda la Península Ibérica.
Así pues, caemos en la trampa otra vez. El monopolio que ostentan nuestros valores nos llevan a encumbrarlos a una posición de privilegio en la que los mismos, son mejores que cualquier otra manifestación social o cultural ajena. Posición que se sustenta no ya en la verdadera riqueza cultural sino que se basa en un baremo en el que la economía tiene mucho que decir. Cerrarnos en banda hacia otras culturas nos convierte, una vez más en aquel fanático analfabeto que poblaba España en el siglo XVII; creernos con el mejor bagaje cultural y social, solo sirve para crear barreras impermeables que no permiten mejorar.
El "monoteísmo cultural" es un fenómeno muy propio de la aldea, si tan globales somos, concepto creado también por Occidente, dejemos de abanderar la dialéctica de la superioridad y seamos capaces, de una vez por todas, de escapar del chovinismo occidental y trascender a una filosofía pluricultural real. No ya por ir de "progre" sino por ser capaces de entender al "otro" y con ello trascender de la territorialidad animal propia del nosotros y ellos, enemigos irreconciliables.
Porque si los valores de Occidente en el siglo XXI son los mismos valores segregacionistas del XVII, menudo ejemplo de evolución social y cultural estamos dando, siendo esa vanguardia avanzada del mundo.
¿O acaso las fronteras y la diferencia son una condición sine quanon para ser humano? Porque si lo fuera, como lo son tantas características biológicas transformadas por la sociedad, es hora de que empecemos a plantearnos superar este detalle tan desagradable que nos da excusas tan simples para matarnos.
Ni Nosotros ni Ellos. Todos.

martes, 17 de noviembre de 2009

Censur-arte

Los granadinos y residentes en Granada tenemos un nuevo motivo para enorgullecernos de la ciudad: La Normativa de Conveniencia... emmm.. perdón de Convivencia.
Este compendio de normas de civismo, con el que el Ayuntamiento nos obsequia, esconde, no tan sutilmente para quien se toma unos minutos en leerla, unos propósitos no tan "civicamente correctos"
La ordenanza nace con el objetivo de, y cito textualmente, "fomentar y garantizar la convivencia ciudadana en el espacio público de Granada" es decir, para mejorar las relaciones cívicas de, nosotros los ciudadanos.
Pues bien, más allá de esa declaración de intenciones tan políticamente correcta vemos como esta normativa bascula peligrosamente entre lo obvio y lo grotesco. Esta suerte de ensaladilla rusa legal juega la baza de esconder leyes represoras tras un colchón de normas de civismo elementales, asegurándose con ello, el tener argumentos positivos para defenderla. Además su redacción es tan ambigua y "universal" que no delimita de forma clara las atribuciones de cada articulo.
Es de justicia, pues, que desglosemos la normativa. Las características sui generis anteriormente citadas, nos llevan en un primer lugar a encontrarnos frente a una normativa que al pretender acaparar muchos ámbitos ciudadanos consigue esconder artículos deleznables detrás de regulaciones obvias y de sentido común. Con esta naturaleza ambivalente, lo que se consigue es justificaciones parciales para problemas concretos, es decir, que mediante un simple "La Normativa pretende regular el uso cívico de la calle;¿ no ve que en ella se recogen articulos que penalizan las conductas escatologicas en la ciudad o que persigue el la mala gestión de los residuos?" consigue eclipsar en un discurso el hecho de que además de lo anteriormente citado, lo que consigue es decapitar el arte callejero. Además, para volver a cubrirse las espaldas el señor Torres Hurtado (Alcaldísimo de Granada) supedita el ejercicio del arte en la calle a un permiso, cuya vía administrativa para conseguirlo aún no existe. Et Voilá!
Por otro lado la normativa prohíbe la mendicidad, pero no asegura elementos sociales para atajarla, por lo que nos encontramos con que se penaliza lo que no se puede solucionar. Esta norma no sirve para nada.
Prohibir y no educar es un sistema muy arraigado en la derecha política, derecha que no siempre responde a un partido, puesto que en este caso esta normativa fue aprobada con apoyo del PSOE, que cada día es menos socialista y que hace mucho dejó de ser obrero; sistema muy propio de la derecha, como decía, que nace de su naturaleza represora y poco pedagógica. Prohibición, que además, afecta a un tradicional vector de la difusión de la libertad, como es el arte, al que esta misma tendencia política siempre ha temido y que no considera imprescindible. Porque imprescindible en esta ciudad solo hay una cosa: La semana santa, por ende el cristianismo pueblerino y paleto, y por tanto anacrónico, conservador y rancio.
Larga Vida al Alcaldísimo!!!

Me gustaría pensar que hay muchísima gente que considera esta situación un atropello a las libertades fundamentales. El ataque que esto supone no solo a los artistas, sino a muchos colectivos indefensos a los que se engloba como incívicos en este trozo de papel mal nacido. Me gustaría pensar que de la misma manera que antaño se frenaron ataques frontales hacia los difusores de la cultura (Véase intento de cierre de Planta Baja o Tertulia) mediante la presión popular, también se podrá conseguir la retirada de este panfleto represor.
Torres Hurtado teme y odia a la cultura de la misma forma que lo hicieron aquellos reyes absolutistas a los que le gustaría parecerse. Torres Hurtado si, espero que Granada no.

Para más información:

Y para quien quiera sacar sus propias conclusiones:

domingo, 15 de noviembre de 2009

Indeterminación

Cada día entiendo mejor a Socrates: "Solo se que no se nada"
Se me acumulan las preguntas, y me escasean las respuestas.
¿Hasta que punto estamos preparados para entenderlo todo? A día de hoy, y como muchas otras dudas, no encuentro la respuesta a esta pregunta.
Buenas noches.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Papel quemado

...cuando las condiciones para vivir en un país son puramente económicas se entiende el valor real que tiene en la sociedad la dialéctica del dinero. Papel que te garantiza papeles, torbellino burocratico, cifra e inhumanidad. Cuando eres un baremo, una grafica que debe tender hacia arriba o un archivo rechazado.
Te invitan amablamente a abandonar el país; no hay tiempo para ver que clase de vida hay detras del papel.
Por suerte, hay personas a tu alrededor, que te recuerdan que no solo eres una ley, una carta o un rechazo; te recuerdan que no por no cumplir esos requirimientos has dejado de ser humano. Te recuerdan que tras la x, hay razones que la burocracia no entiende; y eso es lo que realmente te permite seguir viviendo en el sitio donde uno quiere.

jueves, 12 de noviembre de 2009

El monopolio de la cultura.

A modo de respuesta, añadido o segunda parte sobre el tema que escribió Franky, quisiera dar mi punto de vista sobre el asunto cultura, SGAE y dinero.
Me gustaría, a modo de reflexión inicial, hacer una diferenciación entre las competencias que este organismo debe tener y las competencias que quiere, y por como avanza la legislación, consigue tener:
La música, por su carácter intangible, no puede ser un producto más dentro de la normalidad de la economía de libre mercado. Sus características propias, además, hacen que sus interpretes no estén amparados por los mecanismos de regulación normales, que suelen aplicarse a cualquier trabajador, es decir, rara vez un músico cotiza en la seguridad social. Esta característica propia del oficio de hacer música, lleva a que sus interpretes/creadores se vean avocados a una suerte de indefensión económica bastante entendible durante su "jubilación". No seamos simplistas en el análisis, no todos los autores son grandes artistas que cobran millones, sino que existe un mundo de músico profesionales, que viven de su trabajo, que tienen derecho a percibir un porcentaje de su obra cuando esta se explota para FINES COMERCIALES. Así pues si la SGAE fuera un organismo que se encargara de regular, por llamarlo de alguna forma, la jubilación de los músicos, entenderíamos que este organismo es necesario.
Ahora bien, el punto de todo esto está en que la SGAE se ha convertido en otra cosa muy distinta. Fruto de su monopolio en control de la música, de su alianza con las grandes fortunas de la música y de su fácil acceso al aparato político, debido a su supuesta defensa de la cultura, ha convertido todo su aparato burocrático en una tiranía comercial muy peligrosa. Y esto no es una acusación gratuita en absoluto cuando son ellos quienes han fomentado herramientas de control que se saltan la presunción de inocencia (canon) convirtiéndonos a todos en "posibles piratas", la censura en el intercambio de la información (control de las redes p2p), la demagogia política envasada en argumentos sentimentaloides baratos ("estáis matando la cultura!") y una largo etcétera de barbaridades que solo se han construido para amasar mayor cantidad de dinero. En síntesis, los "derechos de autor" se han convertido en una maquina de generar dinero y en un concepto que amparado en la defensa del músico ha beneficiado a no todos los que debiera. Además, la SGAE se ha convertido en un símil moderno del tribunal inquisitorial, no solo por su métodos sino por su derecho a saltarse derechos tan fundamentales en un estado de derecho como es la presunción de inocencia; y es que las tiranías acaban cojeando siempre del mismo pie.
Pues bien con esta introducción quería intentar que se viera que si bien estamos ante una organización corrompida, en realidad sus fundamentos iniciales son justos para un oficio tan complicado como es el de la música, porque a pesar de que el copyleft (vease creative commons, por ejemplo) es una herramienta fantástica de distribución de tu obra, y que, en resumidas cuentas, permite acercar la cultura a todos, no cumple una función de protección económica a posteriori con los músicos. Y es que en el fondo el error esta en que la música como tal, es una suerte de autonomía peligrosa, que no siempre te lleva al fracaso económico por falta de talento. Si lo pensamos, casi todos los grandes de la música a lo largo de la historia murieron pobres, después de que el mecenas de turno dejara de apostar por su obra.
Otro bloggero hace un análisis bastante certero de la imposición tiránica de la SGAE, por lo que os dejo en sus manos para que se vea la otra cara del monstruo:
Lo que verdaderamente me pregunto, tras ver la evolución de los hechos, es hasta donde vamos a llegar, porque ya nos cobran por presunción, pretenden perseguir nuestro intercambio de archivos y vierten falacias en los medios de comunicación sobre el supuesto ataque al que sometemos a los "pobres artistas" con nuestras descargas. ¿Qué es lo siguiente? ¿obligarnos a comprar los discos de las industrias que defienden para que no se vaya a pique?
Vergonzoso.


lunes, 9 de noviembre de 2009

Artista invitado

El Arte se pervierte, se corrompe y se desvirtúa desde el momento mismo en que se convierte en un producto de la economía de mercado....

Un amigo escribió hoy algo que quería compartir:

Necios. Eso es lo que son Vds., señores del mundo de la cultura. Y no sea que quieran ustedes enjuiciarme por atentar contra su honor, a la definición del Diccionario de la Real Academia les remito:

necio, cia.
(Del lat. nescĭus).
1. adj. Ignorante y que no sabe lo que podía o debía saber. U. t. c. s.

Necios por no darse cuenta de que aquel que consideran ustedes su enemigo no es más que su mayor aliado. Necios por intentar ir contra una corriente que va corriendo hacia ellos. Necios por engañar, por tergiversar, por ocultar la verdad, por decir que la cultura se muere, cuando está más viva que nunca.

¿Acaso piensan de verdad ustedes, señores del mundo de la cultura, que un adolescente pubertoso se va a gastar veinte de sus preciados euros, los cuales quizás signifiquen su paga entera de una semana, en un maldito trozo de plástico? ¿Acaso creen de verdad que al descargárselo, cayendo en un posible ilícito civil ahora que Vds. han conseguido cambiar la legislación, está dejando de comprar su maldito producto? Esa es la mentira en la que ustedes se han abanderado, alegando pérdidas millonarias, suponiendo que toda la música que la gente descarga se hubieran comprado de no existir las redes P2P.

Nunca la música había llegado a tanta gente. Nunca una persona con pocos recursos, como puede ser un estudiante universitario que apenas llega a fin de mes, se había encontrado con tal acceso a la cultura. Y eso es bueno para ustedes, señores del mundo de la cultura, por mucho que se engañen y que nos quieran engañar. Porque el acceso a la cultura genera gente culta, que, ¡oh! sorpresa, entrarán a formar parte de su negocio en cuanto tengan recursos para hacerlo.

Su negocio, porque es verdaderamente un negocio. Porque ya no se trata de que el autor tenga que cobrar por su música, no. Se trata de que tiene ustedes que recaudar a toda costa de cualquier sitio que puedan para sacar el máximo beneficio posible. Y de que nos roben legalmente, modificando las leyes a su antojo, creando sinsentidos como el canon de los "soportes idóneos", excusa barata, vil y ruin por indiscriminada. Mintiendo a la sociedad y camelándose a los políticos, modificando la realidad, apareciendo como pobres e indefensos, cuando precisamente los que más gritan son los que se pudren en dinero.

La gente se está acostumbrando a que la cultura es gratis, alegan ustedes. Quizá la raiz de todos los males sea precisamente esa: que le han puesto ustedes precio a la cultura, que ya la cultura no es un derecho que nos hará libres, que la cultura ahora es algo que ustedes producen, empaquetan y que nosotros deberíamos comprar.

Como músico y amante de la música, como persona que ha crecido en un entorno cultural privilegiado, en el que nunca ha faltado ni un libro ni un disco, me avergüenza ver que la cultura se ha convertido en semejante farsa. Pensaba yo, ingenuo de mí, que lo que mueve a un artista es la intención de llegar al público, de ser escuchado, de transmitir ideas y sentimientos, de darse a conocer. Qué grandes decepciones me he llevado cada vez que veía a los supuestos regentes de la cultura luchar encarnizadamente contra mecanismos de difusión tan efectivos como universales, sin proponer ninguna alternativa más que parches a un negocio a todas luces desfasado, obsoleto y caduco.

Es gracioso lo de "el mundo de la cultura", como ustedes mismos se hacen llamar. Paradójico resulta que hoy en día la cultura y la ignorancia, por antagónicas que sean, vayan tan cogidas de la mano.

Franky Rodriguez Prados.
Publicado con licencia Creative Commons Reconocimiento No Comercial- Sin Obras Derivadas 3.0 España.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Crucifícame

Hoy, como cualquier otro día, podemos ver una vez más la eterna lucha entre la "sociedad civil" y la "sociedad religiosa". Desde Estrasburgo dicen que hay que retirar los crucifijos de las escuelas puesto que atentan contra la libertad religiosa. Los curas se revolucionan y saltan al púlpito a decirnos que esto es un atentado; y cito a Monseñor Martinez Camino:

"Donde no hay crucifijo no hay distinción entre la Iglesia y el Estado. Si desaparece, perderemos los logros de la cultura europea: al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios"

Ante esa declaración yo me pregunto: ¿Qué parcelas de la vida púbica SON de Dios?
Partiendo de la premisa, y aquí no me voy a detener, puesto que me parece que sería dar lugar a la demagogia, de que actualmente no tenemos más herramienta para hablar de Dios que la mera creencia, cabe preguntarse en manos de que estamos dejando esas parcelas, que según Camino, le pertenecen a Dios. Dejo planteada esta cuestión.

Por otro lado, no debemos olvidar que esta lucha entre Iglesia y "Estado" no es nueva y que el continuo pulso entre poderes se remonta hacia el siglo XIV. El Papa Bonifacio VIII nos decía en 1302 lo siguiente:

"el que posee poderes espirituales juzga todas las cosas, pero él mismo no puede ser juzgado por hombre alguno"

Como vemos, esta declaración de intenciones en mitad de una época de ebullición naturalista es un claro ejemplo de las aspiraciones que la institución iglesia defendía y defiende. Bonifacio VIII, a modo de anécdota si cabe, fue derrotado por Felipe IV de Francia quien a partir de ese momento se hizo cargo de los impuestos del clero.

Si nos fijamos, podemos ver claramente como en siete siglos las aspiraciones de la iglesia no han cambiado y como el discurso se repite, más suavizado, pero en esencia intacto: "(...)a Dios lo que es de Dios" Y como en aquella ocasión, la lucha es por lo mismo, al parecer lo que es Dios es el control economico y social de la población. Y como Dios no viene a cobrar sus impuestos, ni a revisar el censo, nosotros, sus representantes en la tierra, nos encargamos de recogerlo y dispensarlo. Es evidente que para que esto cale en la población, la iglesia debe hacerse cargo de formar a sus fieles, o lo que es lo mismo controlar la educación, y de UNIVERSALIZAR sus símbolos, para que estos se vuelvan cotidianos, cercanos y en ultima instancia sean un vehículo de evangelización. El ejercicio propagandístico es digno de aplauso.

Pues bien, ahora en 2009, nos encontramos con que en el escenario cambiamos Felipe IV por tribunal de Estrasburgo y control de los impuestos por monopolio de los símbolos, y otra vez se repite la lucha histórica, otra vez la iglesia ve comprometido su imperio de control y patalea. Por ello el mismo Camino nos deleita con frases tan conmovedoras como:

"El crucifijo es un símbolo de respeto a la dignidad de la persona desde su nacimiento hasta su muerte natural"

O con frases que señalan el apocalipsis cercano por la perdida de moral europea, en el que se refiere en estos terminos al fallo del tribunal:

"lamentable y poco constructivo para el futuro de Europa"

Los mismos argumentos que enarbolan cada vez que algo no les gusta o les perjudica. "Habrá un solo rebaño y un solo pastor" este es el leit motiv con el que sustentan todas sus acciones, y este es el argumento "concluyente" que convierte a todo lo nacido fuera de su seno en herético, perjudicial o pernicioso.

Seamos claros. La religión occidental, como todas las demás del mundo, la creo el hombre como método para entender el mundo hace muchísimos años. Fue el hombre, pues, quien determinó en Qué o en Quién debía de creer, y por tanto fue el hombre quien encontró en esta explicación, a su vez, un método de control eficaz de las conciencias, y por tanto de las vidas. Controlar a una población analfabeta fue fácil, pero a medida que ésta fue adquiriendo derechos, derechos que por otra parte la institución religiosa rara vez apoyó, y fue accediendo a la cultura y con ella fue adquiriendo espíritu crítico, todo lo que antiguamente se dio simplemente por sentado comenzó a ser objeto de duda; como, en el fondo, sucedió con todas las cosas. Por descontado queda decir, que a medida que el tiempo fue pasando y el espíritu crítico fue evolucionando (si, evolucionando, soy esa clase de hereje que habla de evolución) la sociedad civil fue capaz de expulsar cada vez más de los ámbitos puramente humanos las mitologías religiosas. En 2009 damos un paso más, y Estrasburgo, como representante de la sociedad civil (que no por civil es perfecta) ha decidido eliminar el monopolio de los símbolos religiosos (cristianos en este caso) de las aulas, su principal centro de captación, y yo mee suscribo a esta victoria del racionalismo.

Iré al Infierno o ¿ya no existe?

P. D. curioso: Dejo un trozo de la bula papal Unam Sanctam escrita por el citado Bonifacio VIII en 1302 para que cada cual saque sus propias conclusiones sobre la vigencia de sus palabras en algunos sectores de la sociedad:

"(...) En consecuencia, declaramos, afirmamos, definimos y pronunciamos que es absolutamente necesario para obtener la salvación que toda criatura humana esté sujeta al Romano Pontífice."

*Palabras de Monseñor Martinez Camino extraídas de esta noticia:
*Extractos de Unam Sanctam extraídos del libro de José Ángel García de Cortázar y José Ángel Sesma Muñoz "Manual de Historia Medieval" de Alianza Editorial.

martes, 3 de noviembre de 2009

Idas y venidas.

Consideremos el mundo un entorno de transito en el que las personas van y vienen.
Consideremos que cada persona puede vivir donde más le guste, por similitud cultural, por identidad social o por facilidad laboral.
Ahora pensemos que ese que va o que viene puede ser cualquiera, de cualquier parte cuyo único rasgo característico es su localidad de nacimiento y todo el bagaje cultural diferente que eso conlleva.
Culturas, personas, ideas y creencias diversas, yendo y viniendo por todo el mundo y quedándose donde mejor se sienten. Viviendo donde más en armonía con su entorno se encuentran.
Olvidémonos de la piel, olvidémonos del idioma, olvidémonos de la religión y aceptemos todo ello como un rasgo más de diversidad, de enriquecimiento y de humanización.
Pensemos por un segundo que tanto el, tu, yo pueden ser ese viajero que llega a las puertas de una nueva vida, trayendo cosas nuevas y dispuesto a aprender otras tantas.
Olvidemos por un segundo los gentilicios y seamos felices viajando y recibiendo viajeros.
No nos engañemos, todos formamos parte de este trayecto.
De ida y vuelta...

miércoles, 28 de octubre de 2009

La respuesta refractaria.

De alguna forma, a veces me considero un cronista extranjero a la hora de hacer juicios de valor sobre la idiosincrasia española. No en vano, técnicamente lo soy. Por otro lado el tiempo que llevo residiendo en España me lleva a denominarme como un cronista nacional, puesto que toda mi formación adulta la estoy desarrollando en este país. Esa disyuntiva entre mi yo niño extranjero y mi yo adulto español me hace pensar que en el fondo debo de intentar quedarme con lo positivo de cada una de mis naturalezas. Por ello me inclino a pensar que soy un "cronista invitado" que vive los sucesos del país que analiza pero que a su vez se ve libre de las ataduras ideologicas propias del español. No digo que por ello haga mejores análisis, pero si quizás puedo afirmar que éstos pueden estar enfocados desde un punto de vista más neutral. O por lo menos, a eso intento tender.

España lleva siglos siendo una amalgama de ciudadanos muy complejos de entender capaces de lo mejor y de lo peor. No por nada es un pueblo que fue capaz de unirse, en un principio, bajo una sola bandera para expulsar al invasor francés y luchar por el regreso de Fernando VII. Ejemplo que, por otra lado, es también muy español ( y en este caso hasta quizás muy argentino por derivación) Que vuelva nuestro tirano, que será lo que será, pero al menos es nuestro. Y no por nada, fue éste mismo pueblo, el que en el 36 se declaró a si mismo la guerra. España al fin y al cabo es muy pasional, y víctima de sus pasiones ni siquiera se para a decidir. Simplemente actúa.

El siglo XX español, si se caracteriza por algo, es por la larga dictadura que marco más de la mitad de su duración y que ocupó todo el corazón del mismo. El régimen nacional-católico de Franco amplió, si cabe, aún más la naturaleza chovinista de este país. Hizo suyos infinidad de símbolos comunes y los convirtió en los símbolos de la dictadura. Y no solo eso, sino que además los adaptó para bañarlos de gloria pretérita. La adopción de símbolos imperiales, la bandera y el águila, el yugo y las flechas, no fueron, como es evidente, un mero capricho del dictador, sino que fueron el pretendido reverdecer de los laureles de una España que había dejado de existir hace ya muchísimos años. Era la equiparación nostálgica del Régimen a los momentos de mayor prestigio del país. Era el intento deliberado de crear un ambiente de orgullo interno sustentado en los valores de la gloria pasada.

La historia franquista, por su parte, era muy dada a a creación de héroes, muy necesarios para sostener la teoría misma en la que se sustentaba el régimen. Si algo caracteriza a esta historiografía es el engrandecimiento de personajes que en algún momento habían hecho cosas por España. Es evidente que la carencia de verdadera gloria que subyacía en los fundamentos mismos del régimen, necesitaba un maquillaje histórico palpable por el ciudadano común. Franco no era otro que el sucesor del más glorioso de los austrias, Carlos I de España, no por abolengo sino por capacidad de llevar a España a lo mas alto. Mentiras, claro está, con una significación muy clara: la unidad del país bajo el manto de una historia gloriosa, llena de héroes del cristianismo y verdaderos españoles merecedores de todos los adjetivos zalameros que se nos pudiesen ocurrir. Si algo se le pudo admirar a Franco (no leamos más de lo que esta escrito en estas lineas) fue su capacidad para aglutinar sobre su figura todos esos mitos y símbolos nacionales y hacerlos suyos y posteriormente de la derecha.

Tras su muerte Franco fue capaz de trascender en los símbolos anteriormente citados y a pesar de toda la Transición y de toda la evolución democrática del país, en ellos se hizo fuerte y mantuvo su estela. Tanto es así que a día de hoy, muchísima simbologia propia de la nación española y muchísimos trozos de su historia se han convertido en tabú. El tamiz cultural de la España postfranquista a convertido todo lo que Franco pretendió convertir en los argumentos de su régimen en eso mismo, en los argumentos de su régimen, en el símbolo nostálgico de una época para olvidar. Y de esta forma el ciudadano de a pie a perdido el contacto directo con los mismos puesto que ha permitido que se contaminasen.

Como podemos observar el español de a pie del año 2009 opuesto a lo que significó el régimen se ha vuelto refractario a todo lo que éste utilizó como escudo de armas, y de esta forma ha renunciado a entender la naturaleza ajena al mismo que estos símbolos tienen. Es normal, si algo caracteriza a los símbolos es su capacidad de evocar ideas, pero no deja de ser curioso para un observador ajeno al significado visceral de los mismos, ver como un país se tiene miedo, asco o desprecio a si mismo.

Por eso mismo no temo afirmar que el humano es refractario y pendular y que en evitar esta naturaleza refleja está el germen de los verdaderos cronistas de la historia.

martes, 27 de octubre de 2009

Despropositos

"La ley transmite a los jóvenes que el aborto puede ser un método anticonceptivo", ha afirmado Sáenz de Santamaría.
Este es el titular que me encuentro hoy en el periódico.
Quisiera hablar del aborto, como fenómeno, pero ese tema me lo voy a guardar para otra ocasión y hoy me voy a centrar en lo que subyace detrás de las palabras de Soraya.
Llevo ya varios años observando con cierto grado de estupefacción la degradación del lenguaje político en este país. Se ha pasado de una forma categórica de la discusión dialéctica propia de los políticos entusiasmados con la democracia del 80, a la estrategia de la descalificación, de la mentira (y en el mejor de los casos de las medias verdades) y, como el texto ilustra, de la demagogia.
Condenados a una clase política mediocre, con una formación paupérrima y a soportar sus escupitajos cada vez más barriobajeros, yo me pregunto:
¿Por qué tenemos que tragar con esto?
Harto estoy de la manipulación del lobby ultraconservador, harto estoy del maquillaje socialista y sobre todo, harto estoy de la nulidad manifiesta en que se ha convertido la izquierda y de los políticos funcionarios.
Señora de Santamaría, ninguna mujer del siglo XXI, con cierto nivel de formación,joven o vieja, va a pensar JAMÁS que el aborto es un anticonceptivo, puesto que esa premisa solo puede partir de la mente hueca del mayor de los estúpidos. Explique que usted no apoya el aborto por cuestiones morales, éticas, religiosas o si quiere atávicas, pero no mienta y sobre todo no nos trate como a imbéciles.
Ya es suficiente dolor aguantar su cara de pánfila como para encima tener que sumarle tamaño despropósito a su ya contrastada falta de inteligencia.
Hoy por hoy, pueden irse todos y cada uno de los lideres políticos de este país a tomar por culo.


lunes, 19 de octubre de 2009

Consejo para futuros dictadores.

El 25 de Junio de 1978, Argentina ganó el mundial de fútbol que organizaba mientras el país estaba sumido en una de las dictaduras más sangrientas de latinoamérica. La victoria en la prorroga frente a Holanda se convirtió en gesta nacional y volaron papelitos celestes y blancos por las calles de la República Argentina. Mientras tanto Videla y toda su tropa de asesinos torturaba y asesinaba en Buenos Aires a miles de jóvenes opositores, o sospechosos de serlo, del régimen.

El miércoles 14 de octubre de 2009, Honduras se clasificó por segunda vez en su historia al mundial de fútbol tras vencer a El Salvador 1-0. Honduras sumida en un caos político y social de gran envergadura tras el golpe de estado de Micheletti al gobierno electo de Zelaya, olvidó que en su país se estaban (y están) violando los derechos fundamentales de la libertad al elevar a categoría de momento histórico la victoria y la clasificación. La represión policial y del ejército pasó a un segundo plano cuando todos gritaron el gol.

Señores dictadores, tiranos y demás personal autoritario, si lo que desean es esconder las barbaridades de su régimen, procure que su país tenga buenos futbolistas. El patriotismo futbolero es mejor arma de silencio que la propia guillotina. Pero, ¡ojo! procure que ganen o las masas pueden enfadarse de verdad.
No diga que no se lo avisé.
Pan y circo. Lo demás, son tonterías.

domingo, 11 de octubre de 2009

Reflexiones sobre 1492

La historia de los grandes acontecimientos obra su magnitud perpetuándose en el tiempo. No es, por tanto, mera coincidencia que una fecha, trascendental para el auge del reino de Castilla, siga persiguiéndonos y creando polémica incluso a día de hoy. 12 de octubre de 1492.

El descubrimiento de América y su posterior colonización del espacio descubierto se caracterizan por estar rodeados de un halo de polémica, que sorprende por su actualidad, sobre todo si nos ceñimos a que sucedieron hace más de cinco siglos. ¿Qué tiene este hecho puntual de la historia para que aún hoy se siga discutiendo su significado? Pues bien, en este breve artículo, pretendo, no dar una lección de historia, sino plasmar una opinión, otra más en un mar inabarcable sobre este tema, sobre los hechos que sucedieron aquel doce de octubre y en los años posteriores.

Me gustaría, no obstante, y saltándome brevemente la premisa inicial, definir el contexto social en el que se fraguó este descubrimiento, puesto que en ello radica fundamentalmente, y a mi modo de ver, la correcta observación de los hechos. La Europa del siglo XV acababa de salir de dos grandes guerras: la llamada Reconquista de la Península Ibérica y la Guerra de los Cien Años entre Inglaterra y Francia. Dos guerras cruentas, que nos marcan de forma clara dos de las grandes motivaciones para la violencia del hombre europeo del siglo XV: La religión, representada por la Reconquista, y el control de la tierra, representada por ambas. De esta forma no sería erróneo definir que la sociedad europea de este tiempo se encontraba en plena expansión, y que ésta, se lograba a costa de los enemigos.

La monarquía castellano-aragonesa, representada por las figuras de los mitificados Reyes Católicos lograba reunificar el territorio ibérico, a excepción de Portugal, bajo una misma monarquía y vivía en un contexto de euforia religiosa; no por nada la toma de Granada representó para el mundo cristiano la revancha por la caída de Constantinopla a manos del Imperio Otomano. Esta victoria, por tanto, representó para la monarquía castellano-aragonesa una doble victoria, puesto que unificó la Península bajo una sola bandera religiosa y además la convirtió, a ojos del Vaticano, en prácticamente el puntal de la defensa de la fe cristiana.

Así pues, cuando Colón puso pie en La Española aquel 12 de octubre de 1492, fue, para la nobleza guerrera que participó en la Reconquista, como si Dios pusiera en sus manos una expansión inmediata para continuar una guerra santa que parecía que había acabado. Para los que posteriormente fueron llamados conquistadores, la conquista del territorio americano no supuso más que continuar con todo lo que habían vivido hasta ese momento. No era más que un apéndice de las anteriormente nombradas guerras territoriales y religiosas que se llevaban luchando desde hace siglos.

La magnitud de la empresa imperial española en el continente americano es fácilmente comparable a la expansión del Imperio Egipcio, del Imperio Persa, de la Grecia alejandrina o del germen de todas sociedades europeas, el Imperio Romano. Como todos los imperios anteriormente citados, el proceso expansivo supuso un proceso de aculturación regional que derivó en la práctica homogeneización de la población. Esta dinámica expansionista, tan antigua como las sociedades complejas de las que somos parte, ha acompañado a todos los imperios citados en sus fases de mayor auge y en todos los ejemplos dados supuso la pérdida de muchas culturas autóctonas de las regiones conquistadas. Entonces yo me pregunto ¿Por qué en el caso americano se cae con tanta facilidad en la falacia del genocidio, y en todos los anteriores ejemplos no parece generar ninguna reacción?

Esta pregunta, es probablemente el meollo de la polémica ligada a esta fecha y actualmente un arma arrojadiza para sustentar movimientos políticos en Latinoamérica de dudable calaña moral muy afín a la versión “anacronista” de la historia. Es un error común en la sociedad moderna, muy sensibilizada con las causas humanitarias (por suerte, eso significa que evolucionamos) realizar juicios de valor basados en idiosincrasias actuales a épocas donde el pensamiento que los sustenta ni siquiera existía. Hablar del proceso americano con la dialéctica del siglo XXI es incurrir en la falacia más absoluta puesto que acusamos a sus protagonistas de crímenes que en su época ni siquiera se tipificaban como tal.

Suele defenderse por un grupo de “anacronistas”, que no cronistas, de la historia americana la tesis sobre el genocidio indígena en el proceso colonizador europeo. Esta visión de la historia nos muestra al indígena como la víctima inocente de la pérfida expansión europea. Valiente acusación teniendo en cuenta que a Tenochtitlán los mantenían poblaciones indígenas esclavizadas por el “inocente” Imperio Azteca. Y sí, digo bien, Imperio, puesto que su política militarista y expansionista también implicó un proceso de aculturación de los pueblos bajo su yugo. ¿Es que hay imperios más dignos que otros?

Por otro lado la mera interpretación de esta historia como un genocidio, recae, una vez más en la falacia. Un genocidio es la eliminación sistemática de un gran número de personas con el objeto de destruir total o parcialmente una nación, una etnia, una raza… Así lo define la ONU.

La población indígena vio su demografía mermada a niveles catastróficos tras la llegada de los europeos. Esto es un hecho. Pero también lo es que la mayoría se vio devastada por las enfermedades que portaban los europeos y para las cuales los indígenas no habían generado anticuerpos. Si definimos a los colonizadores como genocidas tenemos que aceptar que éstos eran unos genios del terrorismo bacteriológico, unos adelantados a su tiempo. Aprende Ben Laden! Otra gran parte de la población fue víctima de la guerra. Los europeos llegaban a territorio nuevo con afán de conquistar y de obtener riquezas, por lo que la presencia de nativos se tradujo muchas veces en guerra. Más allá de mi convicción actual de que la guerra es un mal pernicioso de la humanidad, debemos tener en cuenta que la guerra era, tanto para europeos como para nativos, parte de su naturaleza. ¿Qué diferencia hay entre las guerras entre ingleses y franceses en Calais, a las guerras entre españoles e incas en Cuzco?

¿Genocidio? Me parece que no. El europeo buscaba riquezas, necesitaba mano de obra, ¿qué lo iba a llevar a eliminar su mano de obra más barata? ¿Conquista? Evidentemente sí, una civilización vence a otra y ocupa su lugar en el espacio, como hicieron tantos otros en el pasado.

Personalmente pienso que la conclusión a la que debemos llegar es que hubo cosas en este proceso que a ojos actuales se hicieron mal y que, como la experiencia es un grado y debemos tender a evolucionar como sociedad nos debe servir como ejemplo, para no volver a repetirlo en un futuro próximo, pero que no debemos engañarnos y caer en la tentación de juzgar anacrónicamente. La lección subyace, pues, en que debemos evitar repetir… ¿Cómo dice? ¿Qué en Afganistán, en época actual, un país invadió a otro, borró sus tradiciones del mapa y le intentó imponer sus costumbres por la fuerza para así conseguir beneficios económicos de su tierra? Ah mire usted, entonces ya sabe en qué gastar sus energías a la hora de criticar, que esta gente tiene acceso a los mismos libros de historia que usted.

jueves, 8 de octubre de 2009

Declaración de intenciones.

Para comenzar a darle empuje a un blog que espero poder cuidar tanto como me gustaría voy a inaugurarlo con una breve declaración de intenciones /crítica que escribí no hace mucho y que compartí con mis amigos vía facebook. Sobre ello quiero seguir avanzando, pero me parece una buena forma de darle vida germinal a esta nueva idea.
Es increíble como el sistema se devora a sí mismo continuamente, como roe sus bases y como la cúpula del mismo aún así consigue flotar y no caerse. Pero más increíble aún es que el deleznable señor Fukuyama haya tenido razón, a nivel práctico y global, con su profecía, y que elementos institucionales del calibre del Estado hayan caído en la una sumisión absoluta al modelo económico. ¿Es tan increíble realmente?

El Imperio Romano se hundió bajo el peso de su propia burocracia, al no saber adaptarse al nuevo modelo económico y arrastrado por los intereses personales de los representantes colectivos, que ante la perspectiva de mejora de su calidad de vida no dudaron en propiciar este colapso. El Estado moderno, salvando las diferencias de complejidad institucional, se ve abocado a una deriva política del mismo calibre. Ahora no es la tenencia de tierra lo que delimita las parcelas del poder factico, sino que este límite lo fija la acumulación desmedida de dinero. La simbología es la misma, lo que cambia es el elemento tangible.

El dinero, pues, ha construido en torno a sí, y en torno a sus tenentes una dialéctica eficaz, contundente y sorprendentemente creíble. Un modelo, que sus defensores han sabido convertir en verdad absoluta y que ha convencido a todos los estratos sociales, en su generalidad, de que es el correcto, el más funcional, en síntesis, que es la solución social más eficaz. Es más, me resulta absolutamente sorprendente que su dialéctica injusta haya sido capaz de hacerse fuerte en boca de cualquiera que la esgrima y que a vista de la sociedad, escaparse un poco de línea marcada sea visto casi como un acto de terrorismo intelectual.

Pan y circo señores, antiguo como la vida misma y siempre absolutamente eficaz. Así los paladines capitalistas han conseguido inculcarnos los valores que a ellos les convenían, así han conseguido alienar, y por tanto aletargar, a las bases del modelo mientras se la devora desde arriba y con ese paquete de necesidades que nos han inoculado, todos nos hemos dormido en la autocomplacencia que supone colmar los sagrados objetivos de la vida moderna. Nos vendieron el techo de la casa por el cielo, y todos nosotros lo hemos comprado. Si a eso le sumamos además que los modelos contrarios son caducos y notoriamente “feos” (entiéndase la ironía) en contrapunto del hermoso paraíso capitalista, nos vemos abocados al fenómeno social que estamos viviendo en estos últimos meses, que una crisis provocada por la elite económica se convierte en la crisis de todos, y no solo eso, sino que todos aceptamos pagarla gustosamente y sin protestar. Si sumamos la ineficacia manifiesta de la oposición y el carisma del modelo, el resultado no es demasiado sorprendente.

Fukuyama tenía razón, la ideología ha muerto, pero no porque ellos lo desearan, sino porque nosotros lo hemos propiciado, lo hemos permitido y en última instancia no hemos sido capaces de crear nada que haga frente al monstruo capitalista.

Ni siquiera una “crisis” económica ha sido capaz de despertarnos de la manifiesta Crisis de Valores en la que estamos sumidos.

Este pequeño análisis, inicial, breve y esquemático es la primera piedra de una visión global que me gustaría compartir. Abro la puerta a quienes quieran opinar, mutilar, criticar y/o comentar al respecto.

Saludos cordiales

Inmanuel XI

Manifiesto

Antes que nada dar la bienvenida a todo aquel que ponga pie en este terreno cenagoso que se os presenta...
Después de mucho pensarlo, y de darle vueltas al asunto, por fin he decidido abrir este canal de comunicación con el mundo. Personalmente creo, y no quiero faltar a la verdad desde mi primera intervención, que esta forma de expresión es un sano ejercicio de onanismo social, puesto que yo escribo y vosotros comentáis. A pesar de mis dudas iniciales me he decantado por un cómodo, "¿y por que no?"
A sabiendas de lo anteriormente expresado me gustaría comentar brevemente lo que voy a ofrecer desde éste, mi púlpito particular:
Vis Pacem nace con la intención de ser un marco de publicación de reflexiones, pensamientos e ideas que me gustaría compartir con todos vosotros. Dentro de esta premisa inicial quiero no solo compartir texto, sino también música, cine y cualquier manifestación humana que considere digna de mención. Todo ello lo quiero expresar desde mi punto de vista "evolucionario" que no revolucionario.
¿Y por qué crear este palabro os preguntaréis? Pues bien, como considero que la palabra es un vehículo extraordinario de trasmisión y no encuentro una palabra que se adapte totalmente a lo que quiero decir, me tomo la licencia (oh! prepotente de mi!) de crear este bello neologismo para la ocasión. Como la palabra bien evoca, lo evolucionario pretende ser una forma de pensamiento alternativo (odio esta palabra por lo banal de su uso) a lo sistemáticamente aceptado, con vocación de mejora y avance y que en última instancia lo que pretende es el enriquecimiento cultural, intelectual y humano de quienes participan. No quiero erigirme en líder de nada, ni ser un gurú solo quiero canalizar nuevas ideas.
Pues bien, Damas y Caballeros, esto es un resumen de lo que quizás os vayáis a encontrar por aquí y de lo que me gustaría que todos los invitados se hicieran eco.
Saludos cordiales!
Inmanuel XI Consul sinne Colega de ésta mi pequeña Res publica.