El miércoles 14 de octubre de 2009, Honduras se clasificó por segunda vez en su historia al mundial de fútbol tras vencer a El Salvador 1-0. Honduras sumida en un caos político y social de gran envergadura tras el golpe de estado de Micheletti al gobierno electo de Zelaya, olvidó que en su país se estaban (y están) violando los derechos fundamentales de la libertad al elevar a categoría de momento histórico la victoria y la clasificación. La represión policial y del ejército pasó a un segundo plano cuando todos gritaron el gol.
Señores dictadores, tiranos y demás personal autoritario, si lo que desean es esconder las barbaridades de su régimen, procure que su país tenga buenos futbolistas. El patriotismo futbolero es mejor arma de silencio que la propia guillotina. Pero, ¡ojo! procure que ganen o las masas pueden enfadarse de verdad.
No diga que no se lo avisé.
Pan y circo. Lo demás, son tonterías.
Amigo Kami, es una reacción absolutamente normal. La vida ya tiene demasiadas cosas importantes y complicadas, así que hay que buscar una vía de escape de alguna manera. El fútbol no es otra cosa que sentirte durante 90 minutos parte de algo mucho más importante que tu mesa de oficina. Más aún es normal que en situaciones políticas complicadas los ciudadanos utilicen las vías de expresión y/o exaltación natural que tienen a su alcance.
ResponderEliminarEnhorabuena por el blog, mola :D
No has entendido nada de cómo va esto. Si no te gusta el fútbol, eres maricón.
ResponderEliminarJuzam: Estamos de acuerdo en una cosa, y es que la gente necesita tener válvulas de escape para sobrellevar el día a día y más si la vida es difícil. Pero eso no significa que sea de rigor sustituir la realidad por el "placer efímero" dándole condición de leit motiv. Lo que realmente quiero denunciar es el uso de los espectáculos con capacidad de movilización de masas, como factor alienante para esconder actos de terrorismo de Estado.
ResponderEliminarY para que esto no suceda creo que solo es necesario que la población en general desarrolle el espíritu crítico. Es que sino estamos siempre a merced de quien se proponga dirigirnos.
Pan y circo.
ResponderEliminarSi aprendieran de los Romanos...