martes, 27 de octubre de 2009

Despropositos

"La ley transmite a los jóvenes que el aborto puede ser un método anticonceptivo", ha afirmado Sáenz de Santamaría.
Este es el titular que me encuentro hoy en el periódico.
Quisiera hablar del aborto, como fenómeno, pero ese tema me lo voy a guardar para otra ocasión y hoy me voy a centrar en lo que subyace detrás de las palabras de Soraya.
Llevo ya varios años observando con cierto grado de estupefacción la degradación del lenguaje político en este país. Se ha pasado de una forma categórica de la discusión dialéctica propia de los políticos entusiasmados con la democracia del 80, a la estrategia de la descalificación, de la mentira (y en el mejor de los casos de las medias verdades) y, como el texto ilustra, de la demagogia.
Condenados a una clase política mediocre, con una formación paupérrima y a soportar sus escupitajos cada vez más barriobajeros, yo me pregunto:
¿Por qué tenemos que tragar con esto?
Harto estoy de la manipulación del lobby ultraconservador, harto estoy del maquillaje socialista y sobre todo, harto estoy de la nulidad manifiesta en que se ha convertido la izquierda y de los políticos funcionarios.
Señora de Santamaría, ninguna mujer del siglo XXI, con cierto nivel de formación,joven o vieja, va a pensar JAMÁS que el aborto es un anticonceptivo, puesto que esa premisa solo puede partir de la mente hueca del mayor de los estúpidos. Explique que usted no apoya el aborto por cuestiones morales, éticas, religiosas o si quiere atávicas, pero no mienta y sobre todo no nos trate como a imbéciles.
Ya es suficiente dolor aguantar su cara de pánfila como para encima tener que sumarle tamaño despropósito a su ya contrastada falta de inteligencia.
Hoy por hoy, pueden irse todos y cada uno de los lideres políticos de este país a tomar por culo.


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