jueves, 12 de noviembre de 2009

El monopolio de la cultura.

A modo de respuesta, añadido o segunda parte sobre el tema que escribió Franky, quisiera dar mi punto de vista sobre el asunto cultura, SGAE y dinero.
Me gustaría, a modo de reflexión inicial, hacer una diferenciación entre las competencias que este organismo debe tener y las competencias que quiere, y por como avanza la legislación, consigue tener:
La música, por su carácter intangible, no puede ser un producto más dentro de la normalidad de la economía de libre mercado. Sus características propias, además, hacen que sus interpretes no estén amparados por los mecanismos de regulación normales, que suelen aplicarse a cualquier trabajador, es decir, rara vez un músico cotiza en la seguridad social. Esta característica propia del oficio de hacer música, lleva a que sus interpretes/creadores se vean avocados a una suerte de indefensión económica bastante entendible durante su "jubilación". No seamos simplistas en el análisis, no todos los autores son grandes artistas que cobran millones, sino que existe un mundo de músico profesionales, que viven de su trabajo, que tienen derecho a percibir un porcentaje de su obra cuando esta se explota para FINES COMERCIALES. Así pues si la SGAE fuera un organismo que se encargara de regular, por llamarlo de alguna forma, la jubilación de los músicos, entenderíamos que este organismo es necesario.
Ahora bien, el punto de todo esto está en que la SGAE se ha convertido en otra cosa muy distinta. Fruto de su monopolio en control de la música, de su alianza con las grandes fortunas de la música y de su fácil acceso al aparato político, debido a su supuesta defensa de la cultura, ha convertido todo su aparato burocrático en una tiranía comercial muy peligrosa. Y esto no es una acusación gratuita en absoluto cuando son ellos quienes han fomentado herramientas de control que se saltan la presunción de inocencia (canon) convirtiéndonos a todos en "posibles piratas", la censura en el intercambio de la información (control de las redes p2p), la demagogia política envasada en argumentos sentimentaloides baratos ("estáis matando la cultura!") y una largo etcétera de barbaridades que solo se han construido para amasar mayor cantidad de dinero. En síntesis, los "derechos de autor" se han convertido en una maquina de generar dinero y en un concepto que amparado en la defensa del músico ha beneficiado a no todos los que debiera. Además, la SGAE se ha convertido en un símil moderno del tribunal inquisitorial, no solo por su métodos sino por su derecho a saltarse derechos tan fundamentales en un estado de derecho como es la presunción de inocencia; y es que las tiranías acaban cojeando siempre del mismo pie.
Pues bien con esta introducción quería intentar que se viera que si bien estamos ante una organización corrompida, en realidad sus fundamentos iniciales son justos para un oficio tan complicado como es el de la música, porque a pesar de que el copyleft (vease creative commons, por ejemplo) es una herramienta fantástica de distribución de tu obra, y que, en resumidas cuentas, permite acercar la cultura a todos, no cumple una función de protección económica a posteriori con los músicos. Y es que en el fondo el error esta en que la música como tal, es una suerte de autonomía peligrosa, que no siempre te lleva al fracaso económico por falta de talento. Si lo pensamos, casi todos los grandes de la música a lo largo de la historia murieron pobres, después de que el mecenas de turno dejara de apostar por su obra.
Otro bloggero hace un análisis bastante certero de la imposición tiránica de la SGAE, por lo que os dejo en sus manos para que se vea la otra cara del monstruo:
Lo que verdaderamente me pregunto, tras ver la evolución de los hechos, es hasta donde vamos a llegar, porque ya nos cobran por presunción, pretenden perseguir nuestro intercambio de archivos y vierten falacias en los medios de comunicación sobre el supuesto ataque al que sometemos a los "pobres artistas" con nuestras descargas. ¿Qué es lo siguiente? ¿obligarnos a comprar los discos de las industrias que defienden para que no se vaya a pique?
Vergonzoso.


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