lunes, 9 de noviembre de 2009

Artista invitado

El Arte se pervierte, se corrompe y se desvirtúa desde el momento mismo en que se convierte en un producto de la economía de mercado....

Un amigo escribió hoy algo que quería compartir:

Necios. Eso es lo que son Vds., señores del mundo de la cultura. Y no sea que quieran ustedes enjuiciarme por atentar contra su honor, a la definición del Diccionario de la Real Academia les remito:

necio, cia.
(Del lat. nescĭus).
1. adj. Ignorante y que no sabe lo que podía o debía saber. U. t. c. s.

Necios por no darse cuenta de que aquel que consideran ustedes su enemigo no es más que su mayor aliado. Necios por intentar ir contra una corriente que va corriendo hacia ellos. Necios por engañar, por tergiversar, por ocultar la verdad, por decir que la cultura se muere, cuando está más viva que nunca.

¿Acaso piensan de verdad ustedes, señores del mundo de la cultura, que un adolescente pubertoso se va a gastar veinte de sus preciados euros, los cuales quizás signifiquen su paga entera de una semana, en un maldito trozo de plástico? ¿Acaso creen de verdad que al descargárselo, cayendo en un posible ilícito civil ahora que Vds. han conseguido cambiar la legislación, está dejando de comprar su maldito producto? Esa es la mentira en la que ustedes se han abanderado, alegando pérdidas millonarias, suponiendo que toda la música que la gente descarga se hubieran comprado de no existir las redes P2P.

Nunca la música había llegado a tanta gente. Nunca una persona con pocos recursos, como puede ser un estudiante universitario que apenas llega a fin de mes, se había encontrado con tal acceso a la cultura. Y eso es bueno para ustedes, señores del mundo de la cultura, por mucho que se engañen y que nos quieran engañar. Porque el acceso a la cultura genera gente culta, que, ¡oh! sorpresa, entrarán a formar parte de su negocio en cuanto tengan recursos para hacerlo.

Su negocio, porque es verdaderamente un negocio. Porque ya no se trata de que el autor tenga que cobrar por su música, no. Se trata de que tiene ustedes que recaudar a toda costa de cualquier sitio que puedan para sacar el máximo beneficio posible. Y de que nos roben legalmente, modificando las leyes a su antojo, creando sinsentidos como el canon de los "soportes idóneos", excusa barata, vil y ruin por indiscriminada. Mintiendo a la sociedad y camelándose a los políticos, modificando la realidad, apareciendo como pobres e indefensos, cuando precisamente los que más gritan son los que se pudren en dinero.

La gente se está acostumbrando a que la cultura es gratis, alegan ustedes. Quizá la raiz de todos los males sea precisamente esa: que le han puesto ustedes precio a la cultura, que ya la cultura no es un derecho que nos hará libres, que la cultura ahora es algo que ustedes producen, empaquetan y que nosotros deberíamos comprar.

Como músico y amante de la música, como persona que ha crecido en un entorno cultural privilegiado, en el que nunca ha faltado ni un libro ni un disco, me avergüenza ver que la cultura se ha convertido en semejante farsa. Pensaba yo, ingenuo de mí, que lo que mueve a un artista es la intención de llegar al público, de ser escuchado, de transmitir ideas y sentimientos, de darse a conocer. Qué grandes decepciones me he llevado cada vez que veía a los supuestos regentes de la cultura luchar encarnizadamente contra mecanismos de difusión tan efectivos como universales, sin proponer ninguna alternativa más que parches a un negocio a todas luces desfasado, obsoleto y caduco.

Es gracioso lo de "el mundo de la cultura", como ustedes mismos se hacen llamar. Paradójico resulta que hoy en día la cultura y la ignorancia, por antagónicas que sean, vayan tan cogidas de la mano.

Franky Rodriguez Prados.
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