jueves, 18 de febrero de 2010

El revuelo neo-con.

Los neo-con se están asustando. No se asustan porque vaya a explotar la revolución. Todos sabemos que es inviable. No se asustan porque sus ideas pierdan su lugar hegemónico. Ni se asustan porque ahora estén perdiendo dinero. Se asustan porque están viendo que sus queridísimo sistema de "librecambísmo, privatizaciones e individualismo" no funciona. Y no es que no funcione porque genere un desequilibrio en el reparto de los recursos, que aún siendo inmoral no es fundamental para el fallo del mismo, ni porque construyan toda su ideología en torno a los números, y por tanto se pase de individualismo al "cifrísmo". No funciona porque los paradigmas aclamados por la tribuna mundial y voceados por el FMI se han demostrado disfuncionales, propensos a la crisis y en última instancia perniciosos.
Y como están asustados, sus profetas salen a sus tribunas a recordar con nostalgia a Thatcher y a Reagan (seguro que incluso alguno rememora a Mcarthy y se le cae una lagrima) y hablan de los males de la colectivización de los trabajadores, de las bondades de las privatizaciones, de la maravillosa carrera del talento y de como la riqueza se crea y no se hereda. Y en una suerte de "Neo-Chamberlainismo" le dan otra vuelta de tuerca más la Selección Natural, y se posicionan del lado del poderoso, del rico, del "ente privado".
Si las soluciones para la crisis del sistema es recordar a los paradigmas del mismo que causaron la misma, para en un alarde de genialidad, recorrer otra vez el mismo camino que acaba con los bancos ganando dinero, los trabajadores aplastados y los ricos de compras por Montecarlo, significa que no es que se equivocaran y nos vendieran soluciones que ellos consideraran mejores para todos, sino que realmente son unos hijos de puta.
Y ojito, que esta gente es la que sigue dirigiendo los hilos, son el Nouveau Ancien Régime y curiosamente pecan de lo mismo: no quieren que se les supriman sus privilegios, no quieren asumir las responsabilidades y por supuesto no quieren que el tercer estado (o el quinto, ya me he perdido en el nivel de degradación al que nos han sometido) les toque las narices.
Que ellos lloren por Reagan, nosotros procuremos construir nuevas ideas.
Es increíble como el poder se empeña en empapar de colonia rancia a las momias que lo conforman.

5 comentarios:

  1. Es evidente que no quieren que se supriman los privilegios, pero hay que tener en cuenta una cosa. Han conseguido que no se supriman. O bien el capitalismo, y su politica de libre mercado no ha llegado a su auge, en el desarrollo de sus fuerzas (cosa que dudo) o bien la "resistencia" (llamemoslo asi por el folklore de la palabra), es decir la alternativa, no logra organizarse a nivel de poner en verdadero jaque al sistema economico. Por su realidad dialectica (dentro de mi concepción), el sistema de libre mercado se esta poniendo ajaque a si mismo (la crisis finaciera viene de la propia especulación), pero no se han desarrollado todavía alternativas economicas. Ahora bien, viene el factor psicologico, lo que Lenin llamaba, las realidades subjetivas. Aunque hubiese nuevas relaciones económicas, ¿seria la sociedad actual capaz de romper el sistema jurídico y crear unas nuevas relaciones socio-politico-economicas? Hay queda la incognita. ¿que les parece?

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  2. Excelente punto. Mi respuesta es la siguiente: según mi forma de entender las relaciones humanas el cambio socio-político-económico traería por consecuencia una revolución y con ella una nueva alteración de las élites. Si como ha sido siempre, el cambio de poder implica la ascensión de un colectivo y el inmovilismo de los que se sitúan debajo, en contra o paralelamente a él, llegamos a la conclusión circular de observar como en realidad el resultado ha sido la simple traslación.
    Es así que digo, el problema no es el sistema, sino quienes lo hemos creado, no porque sea injusto sino porque es humano. Y así una buena intención pasaría a corporativizarse y con ello a acomodarse y con ello pasaría a representar el inmovilismo que anteriormente censuró.
    Mi pregunta es: ¿Estamos preparados para vivir la justicia social como algo más que una mera teoría llena de buenas intenciones?

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  3. La teoria de traslación, ya ha sido analizadad por otros autores, y señores lo siento, vuelvo a recurrir a marxistas. Trostky ya hablaba de la toma del poder por una burocracia, y sorpresivamente (o no tanto) esa teoria se cumplió en la URSS. Ahora bien. y Volviendo al padre de todos los rojos, Marx, el elemento consciente del cambio determina ese cambio. Es decir no es el desarrollo hacia el infinito de las fuerzas socioproductivas, si no, que mas bien es, una consciencia del ser humano de actuar colectivamente hacia una dirección, teniendo claro unos objetivos. Revolución si. pero ¿como?, He ahí la incognita.¿ La justicia social es una teoría? Evidentemente. ¿Es posible? He ahí la incognita. Y en mi disertación está la respuesta. Es el momento de ver las instituciones como un tope y una herramienta a la vez. No es la toma del poder por un grupo. Si no el poder como el decidir mismo, y el decidir colectivamente. Y el planificar. Y aqui es donde se abre el campo de la imaginación y el deber de los que queremos dignificar la politica y la sociedad, hasta la saciedad. Hay nuevos desheredados. Y nuevos privilegiados. Esa es la razon de la ruptura. El como, es un campo abierto.

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  4. ¿El altruismo político no es una tendencia demasiado idealista para un materialista pragmático?
    La historia nos enseña que los objetivos de los cambios sociales suelen ser egoístas. ¿Está la sociedad política renovadora lo suficientemente evolucionada como para poder afirmar que su motivación no acabará siendo egoísta a posteriori?
    <>
    Extrapola esto al tema en cuestión y ya tenemos un problema de praxis a la hora de realizar el cambio si pretendemos dar la vuelta al modelo instaurado, porque como es evidente, el poderoso no va a dejar de serlo por arte de magia...
    Los procesos de cambio están demasiado inmersos en paradojas internas como para acabar siendo realmente justos.

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  5. Entre los <> debía decir:
    "No existirá paz entre los hombres hasta que se proscriba la violencia y hasta que la justicia impere en las relaciones internacionales"

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